Hola a tod@s, en esta nueva entrada vamos a contaros algunos de los secretos de una variedad primigenia como es la Mencía. Una uva que nos regala unos vinos sedosos, intensos y con cuerpo.
Esta uva se emplea en la elaboración de vinos aromáticos y afrutados, tiene un precioso e intenso color rojo frambuesa y lo que se viene demostrando en los últimos años con una excelente capacidad de envejecimiento.
Es una de las uvas que en las últimas épocas más atrae a los enólogos más punteros, indicando que es una variedad reconocida y con una amplia capacidad de mejora en la evolución de las elaboraciones con madera.
Hasta hace relativamente poco, los vinos de la variedad eran ligeros, de un consumo temprano y de baja graduación alcohólica. Ahora se buscan vinos donde aflore todo su potencial, la intensidad y expresividad del terruño, así como la gran capacidad de envejecimiento que está demostrando la uva, mediante una crianza más cuidadas y prolongadas en barricas de roble.
HISTORIA
La historia de la variedad de uva Mencía indica que pudo haber sido una de las primeras cepas que fueron introducidas en la península por los romanos, que posteriormente trasladaban los vinos aquí producidos a la Roma Imperial.
Otra teoría es la introducción en la península en la Edad Media por las órdenes monásticas de la región de Burdeos o los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago. Estas últimas teorías son debido al parecido entre la Mencía y la Cabernet Franc.
Se consideraba un antiguo clon de la variedad francesa adaptada a la región del noroeste peninsular, no obstante, estas suposiciones se vieron refutadas por un análisis del ADN que realizó el Departamento de Biología Vegetal a de la Universidad Politécnica de Madrid. Por lo que la uva Mencía es una variedad en sí misma, oriunda de la península o introducida por los romanos.
También dice la historia que en los momentos de más apogeo del Imperio Romano coincidió con los de la Mencía, elaborando y trasladando los vinos hasta la corte Imperial por las llamadas Vías Romanas.
Para transportar los vinos de la comarca de Monterrei utilizaban la Vía Nova, que partía de Braga (Bracara Augusta) en Portugal, pasando por A Baixa Limia, Terras de Celanova, A Limia, Alto Arnoia, Terras de Caldelas, Montaña de Trives y Valdeorras hasta adentrarse en Astorga (Asturica Augusta), una ruta con más de 300 kilómetros.
Esta es la mayor ruta de lagares rupestres de Galicia se encuentra en la comarca de Monterrei. Estas estructuras de piedra labradas por el ser humano relativamente poco conocidas y muy simples para la elaboración más arcaica del vino datan según varios estudios científicos de la época de la romanización (s. II d.C).
Posteriormente, durante la Edad Media los vinos de Mencía volvían a vivir un momento de plenitud con la explotación agraria y las nuevas técnicas de elaboración de vinos gracias a los diferentes monasterios que se fundaron en la zona y a la Ruta Xacobea.
Con el fin del siglo XIX y la llegada de la filoxera, la Mencía tuvo un franco retroceso que casi la lleva a la desaparición, pero a mediados del siglo XX algunos viticultores comenzaron a recuperar y cultivar de nuevo la variedad.
Los años 80 fueron el renacer de la variedad y el comienzo de esta maravillosa historia que hoy podemos vivir. Desde el inicio hasta nuestros días han pasado todo tipo de épocas, pero hoy en día es una de las uvas con más pasado, presente y futuro de la península Ibérica.
ÁREA DE DISTRIBUCIÓN
La zona donde la variedad de uva tinta Mencía está presente es en el noroeste de la península Ibérica. Íntimamente ligada en sus orígenes a las estelas de los ríos Miño, Sil y sus diferentes afluentes, ubicada a caballo entre Galicia y el Bierzo, esa antigua tierra antes llamada Gallaecia.
Es una variedad autóctona de la zona, especialmente en las Denominaciones de Origen Monterrei, Valdeorras, Ribeira Sacra, Bierzo y en menor medida en las D.O. Tierra de León, Arribes del Duero y en la D.O.C. Dâo en el norte de Portugal.
DESCRIPCIÓN DE LA UVA
Es una variedad vigorosa, sus racimos son de tamaño pequeño y compacto, con unas bayas uniformes en color y tamaño. Tienen un hollejo grueso de consistencia media y de color negro-violáceo, de brotación precoz, pero con una maduración semi-tardía. Esta variedad, debido a la longevidad que pueden alcanzar sus cepas, tienen una alta concentración de polifenoles, sustancias que protegen a las uvas del mal tiempo y de microorganismos patógenos, aun así, es sensible al oidio y al mildiu.
Al trabajar con cepas viejas, cultivadas en suelos graníticos o pizarrosos, con cierta altitud y producciones bajas pueden dar vinos profundos, sedosos, con buena acidez, con aromas florales intensos y frutales jugosos (fruta roja y negra). Marcado por un carácter mineral que le aporta el terruño, vino con cuerpo, de estructura medio-alta, con unas sensaciones aterciopeladas y de tanino suave y redondo.
Sinonimias de la uva Mencía
Como bien sabemos las variedades de uva no entienden de fronteras, por lo que cada lugar, pueblo o región las adoptará en su léxico y en su habla. Por ello, aun siendo la misma variedad de uva tiene nombres distintos dependiendo de la comarca.
Por ejemplo, a la Mencía se la llama también Negra, Loureiro Tinto, Tinto Mollar, Mencía Pequena o Jaen do Dâo o Jaen Galego en Portugal. La verdad que en la vertiente portuguesa de la variedad ha sido uno de los misterios de su viticultura patria. Nuestros vecinos decían que con su nombre “espanholado” podría confundir sus orígenes, ya que en España también existe una variedad Jaén tinta que no tiene nada que ver con la variedad portuguesa que es la Mencía.
Después de este viaje por la historia de la uva mencía os proponemos degustar Fraga do Corvo Mencía 2018 de la D.O. Monterrei, uno de los vinos más fragantes, frescos de nuestra bodega Fragas Do Lecer.
